Un perico amarillo llamado "Pickachu" ha duplicado la edad promedio de estas aves gracias a su adicción al whisky, según afirman sus dueños.
Habitualmente, el ave se posa sobre el borde del vaso de Gordon y sumerge levemente su cabeza en él, bebiendo pequeñas cantidades.
Luego de un par de tragos, el periquito se pone "feliz" y empieza a cantar, pero si se excede con la bebida, lo más probable es que comience a picotear a sus dueños.
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